Decir que vamos a desarrollar Hábitos Productivos suena bonito, hasta ideal. Pero, la mayoría de las personas tenemos problemas para acabar nuestros malos hábitos y reemplazarlos por nuevos, más productivos y así alcanzar nuestras metas. ¿Te ha pasado? Entonces sigue leyendo.
Es por esto que, basado en el libro El Poder del Hábito de Charles Duhigg (uno de mis autores favoritos en el tema de mejoramiento del desempeño), les entregamos cinco recomendaciones para contribuir de manera sistemática en este aspecto.
Si lo practicamos conscientemente, estoy seguro de que vamos a lograr salir de ese ciclo vicioso; nosotros lo hacemos en Spira con nuestros clientes y ¡FUNCIONA!
1. Conoce tu ciclo de hábitos
Lo primero es entender que cada hábito tiene tres partes: una señal, una rutina y una recompensa.
Un buen ejemplo en mi caso puede ser el manejo del tiempo. Se que no lo manejo bien; me lo dicen mis colaboradores, mis amigos, hasta mi esposa y quiero mejorar en ese aspecto. Lo primero es reconocer las señales de mis malos comportamientos al respecto. Luego, prestar atención a mi entorno y entender qué hace que no pueda administrarlo correctamente.
2. Encuentra la señal
Las señales pueden ser un momento específico del día, un estado emocional particular u otros activadores. En cuanto a mi problema con el manejo efectivo del tiempo, mis síntomas más claros son los montones de correos electrónicos represados, repetitivo incumplimiento a reuniones (aun trabajando desde casa y me ahorro el tiempo que gastaría transportándome), especialmente por las mañanas y hacia medio día.
3. Define nuevas rutinas y experimenta con diferentes recompensas
Identificar las señales es solo el primer paso. La razón por la cual los hábitos son tan poderosos es porque ellos generan recompensas. Entonces, para cambiar estos hábitos se deben identificar esas recompensas.
En cuanto al manejo del tiempo, identifiqué que se me represan los correos electrónicos e incumplía citas, especialmente antes de mediodía y analicé las causas: no me puedo concentrar bien si mi cuerpo no ha “calentado” suficientemente. Cuando iniciaba mis labores me dedicaba obsesivamente a tratar de contestar correos, pero me costaba mucho trabajo y no podía generar respuestas suficientemente buenas, así que me desmotivaba y los abandonaba hasta que hubiera un componente de “urgencia”. Además, al estar en esta rutina no me daba cuenta de las citas que tenía y llegaba tarde.
La virtualidad puede ser un reto para más de uno. Te recomendamos leer: Retos y ventajas de la transformación digital.
Entendí que el hecho de contestar correos no es motivador para mí, me conecta más con las personas el ejercicio creativo y “hacer” cosas, así que cambié mi rutina: Empecé a poner más reuniones por la mañana, para que mi mente se sintiera estimulada y así “calentara motores”.
Iniciaba haciendo un barrido de correos para contestar únicamente los más urgentes, máximo durante una hora que es cuando inician mis reuniones. Así, después de una buena “tanda” de reuniones mañaneras, empecé a contestar correos electrónicos y el resultado fue sorprendente. Mi mente “en caliente” trabaja más efectiva y creativamente para tener algo sustancial como resultado.
Una vez se entiende la señal, la rutina y la recompensa, el hábito es fácil de cambiar.
4. Anticipar las tentaciones
Por supuesto, simplemente encontrando las señales y las recompensas no significa que el cambio vaya a ocurrir sin esfuerzo.
La clave está en identificar el momento donde nuestra fuerza de voluntad puede responder de una manera positiva.
Siempre va a haber “tentaciones” para regresar a nuestros viejos malos hábitos así que debemos estar alerta para no volver a ellos.
En mi caso del manejo del tiempo, ver constantemente “el globo” de las notificaciones del Outlook de mi computador puede hacer que inicie otra vez mi día contestando frenéticamente todos los correos para que se baje el número del “globo”, por eso, debo tomar una firme decisión de no mirarlo tan seguido o desactivar las notificaciones para que no me distraigan de mi propósito. Sé que los correos están ahí, pero si evacué los urgentes y no tengo la notificación “atormentándome”, podré seguir en el camino del Hábito Productivo.
5. Tener un plan
Lo mejor para que una buena intención se convierta en acción es tener un plan. En el momento de realizar un plan, debemos escribir lo que queremos alcanzar y ser muy específicos en las acciones que debemos realizar día a día hasta convertirlo en hábitos.
Esperamos que con estos 5 pasos, este año que comienza puedas cumplir tus metas y generar nuevos hábitos que seguramente tendrán un gran impacto positivo si eres consciente de ellos, constante y determinado.
Conoce lo que podemos hacer en SPIRA a nivel organizacional y cómo generamos hábitos productivos en www.spira.co
Escrito por Camilo Vergara, CEO de SPIRA, basado en The power of habit by Charles Duhigg.