Cada organización tiene un entorno y una cultura organizacional que sus colaboradores conocen y a los cuales, con el tiempo, se adaptan y alinean para trabajar de modo óptimo y cumplir con los objetivos de la misma. Esta cultura se siente desde que el colaborador ingresa a la organización, a medida que se relaciona con los demás y comprende las normas implícitas y explícitas del lugar: símbolos, lenguaje, patrones de comportamiento, valores y fundamentos, entre otros.
El departamento de Recursos Humanos busca personas que reflejen los valores y la esencia de la compañía para que su adaptación sea mucho más rápida y comiencen a ser productivos lo antes posible. Definitivamente, el encuentro diario con los compañeros de trabajo, el movimiento dentro de las oficinas e incluso la pausa del café marcan pautas de comportamiento, hábitos y prácticas que caracterizan el desempeño de los colaboradores.
No obstante, las buenas prácticas que fomenta el espacio de trabajo, el encuentro con los otros y las dinámicas interpersonales se pueden ver afectadas por el teletrabajo.
Pero aprovechar de la mejor forma esta oportunidad y esta realidad que gana cada vez más terreno, es la única forma de adaptarse a la nueva normalidad y que las organizaciones sigan alcanzando los resultados esperados.
Muchas empresas se quedarán haciendo trabajo remoto y otras descubrirán que el regreso a las oficinas puede estar sobrevalorado. ¿Qué mejor que empezar a tener buenos hábitos desde ya y lograr que la productividad no dependa del espacio de trabajo?
En SPIRA hemos recogido las mejores herramientas y prácticas para que el trabajo en casa y todas las actividades diarias contribuyan al logro de objetivos de cada organización.
Las encuentras en el Módulo 1: Desempeño Máximo y seguro, de nuestro programa NORMAL YA NO ES LA NORMA.